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Las interacciones entre medicamentos y alimentos, más importantes de lo que parecen

Las interacciones entre los alimentos y los medicamentos -y al revés- (IAM) son más importantes de lo que podemos pensar. De hecho, pueden poner en riesgo nuestra salud bien por la pérdida de eficacia del fármaco en cuestión o por potenciar la toxicidad del mismo. Los farmacéuticos han lanzado una guía para resolver todas las dudas.

Con el nombre “Interacciones entre alimentos y medicamentos” (Editorial Médica Panamericana), la guía está impulsada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos y pretende ser un texto de referencia para los profesionales sanitarios en su práctica diaria.

Y es que las interacciones entre alimentos y medicamentos no se detectan con tanta facilidad como las que ocurren con unos fármacos y otros, a pesar de que su frecuencia es mayor.

Para empezar, las presentaciones de fármacos en comprimidos o cápsulas plantean más interacciones potenciales que las fórmulas líquidas orales. Y dentro de las primeras, las de liberación prolongada -los que se liberan lentamente en el cuerpo- pueden ser más susceptibles a la interacción.

¿Cuáles son los medicamentos que presentan más interacciones?
Según la guía, elaborada por 37 profesionales, los medicamentos que mas interacciones pueden presentar son aquellos que tienen un “estrecho margen terapéutico”, es decir, que la dosis terapéutica es próxima a la dosis tóxica; también los que necesitan mantener una determinada concentración plasmática; y los que requieren ajustar la dosis a las necesidades del paciente.

Medicamentos interacciones:

Generalmente, según la guía, la mayoría de las interacciones entre alimentos y medicamentos “resultan leves y no suelen ser muy apreciables o tomadas en consideración”. Sin embargo, “a veces, los efectos farmacológicos sí son apreciables y se hace incluso necesario reajustar la posología del medicamento para conseguir el efecto deseado”.

Entre las interacciones que nos podemos encontrar son las de los alimentos que pueden cambiar el comportamiento de los fármacos. Son casos en los que o bien aumenta la actividad terapéutica, o la disminuye o la puede retardar.

¿Y los alimentos?

Así, las dietas ricas en vegetales de las familia de las crucíferas -como las coles de Bruselas, la coliflor, el brócoli o la remolacha, entre otras- contienen indoles, unos compuestos orgánicos que presentan “una importante capacidad para inducir el metabolismo oxidativo”, con lo que se debe evitar la ingesta en cantidades abundantes si se está tomando simultáneamente con anticoagulantes orales antivitamina K.

En la guía -estructurada en cuatro apartados en los que se analizan desde aspectos generales, hasta las interacciones en situaciones especiales o aquellas de los alimentos con medicamentos de uso frecuente como anticoagulantes, entre otros- los expertos explican, por ejemplo, que el zumo de pomelo puede alterar el efecto de varios medicamentos.

Los lácteos y los alimentos ricos en calcio pueden disminuir el efecto de algunos antibióticos porque hacen que se absorban menos. Aquellos con alto contenido en sal o potasio, como el plátano, el kiwi o las espinacas, los encurtidos o el regaliz, también lo pueden provocar con la ingesta de algunos hipertensivos diuréticos o aumentar el riesgo de arritmia si se toman antihipertensivos.

El efecto de algunos antidepresivos se puede ver afectado por los alimentos ricos en tiramina como los quesos curados, el vino tinto, los ahumados o los embutidos.

Medicamentos interacciones:

¿En ayunas o con comida?

Estas y otras interacciones están incluidas en la guía, junto con otros apartados sobre las del tabaco y el alcohol con los fármacos. En este sentido, destaca que en el caso del alcohol puede alterar los efectos de algunos medicamentos como el acenocumarol (anticoagulante), la insulina o la mayoría de analgésicos.

También se debe evitar de forma general el consumo de medicamentos con leche o derivados -si no se indica lo contrario-, al igual que con te, café, con suplementos de fibra o con zumo de pomelo.

De esta forma, la publicación del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos incluye aquellos medicamentos cuya ingesta es más recomendable hacerla con comida o en ayunas.

Para el vocal nacional de Alimentación de los farmacéuticos, Aquilino García, la guía es un “manual necesario para utilizar en el mostrador de la farmacia, en el laboratorio, en la consulta del médico o nutricionista, o en el hospital”.

La publicación cuenta con tablas y ejemplos para agilizar la consulta a los profesionales pero, además, contiene un glosario de conceptos, enlaces y resúmenes de las interacciones por principio activo, entre otros.

Fuente: https://efesalud.com/

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