Las migrañas
Pocas enfermedades han sido capaces de crear tanta confusión entre médicos y científicos como el dolor generado en la cabeza y el cuello, condición que es valorada por múltiples especialidades médicas: Neurología, Psiquiatría, Medicina interna, Maxilofacial, Otorrinolaringología y Neurocirugía.
El dolor en cabeza y cuello más común es conocido como cefalea tensional, que se presenta de forma secundaria al estrés.
La migraña es una forma de cefalea con características especiales, que por sus variabilidades y complejidades de presentación la convierten en una de las entidades médicas que más soportan los obstáculos de escaso diagnóstico correcto y tratamiento inadecuado en muchos casos.
Migraña, jaqueca y hemicránea son términos de similar significado: migraña deriva del francés migriane, que a su vez deriva de megrim, término que aparece por primera vez en la lengua inglesa en 1595 refiriendo particularmente vértigo y no dolor de cabeza en sentido estricto. Jaqueca proviene del árabe xaquec, que significa dolor en media cabeza. Por último, hemicránea deriva del griego hemikranion de igual significado.
Como vemos, todas las civilizaciones concluyen que la migraña y sus sinónimos consisten en un específico dolor de cabeza, mayormente lateral. A través del tiempo las migrañas han sido padecidas por todos: deidades, héroes, personajes famosos y gente corriente.
La migraña es un dolor pulsátil que afecta más a la mujer que al hombre y agrede más los fines de semana. Sus molestos síntomas incluyen dolor de cabeza generalmente unilateral, irritabilidad, náuseas y vómitos; síntomas visuales con alteraciones sensoriales, desagradables puntos centellantes, deformaciones en la percepción visual, visión doble, fotofobia (rechazo a la luz), osmofobia (desagrado ante simples olores), sensibilidad extrema a los ruidos de la cotidianidad (fonofobia), calambres migratorios, desganos etc.
Factores estresantes, vasculares y alérgicos (alimenticios) participan en la producción de la migraña. Se admite que existe una predisposición genética que activa un complejo fenómeno químico y eléctrico denominado ¨Depresión Cortical Diseminada” o por igual ¨Disfunción Alta del Tallo Cerebral”.
Pero ¿qué significa esto?
Sucede que en el paciente de migraña deben existir factores hereditarios para que se inicie esa cascada mediada por sustancias denominadas neurotransmisores, originada desde la parte posterior del cerebro, más específicamente en el área occipital, estimulando de modo anormal el núcleo del nervio Trigémino, que da sensibilidad al cráneo, la cara, las meninges y los vasos de nuestro cerebro.
Para el diagnóstico de migraña es necesaria la correcta evaluación médica, que como mínimo debe incluir exámenes de laboratorio y una TAC de cráneo. Se recomienda eliminar los alimentos ricos en tiramina tales como queso, chocolate, naranja, tomate, vino tinto, habichuelas, etc.
El manejo moderno de la migraña se divide en dos aspectos, el manejo de las crisis y la prevención a largo plazo.
En un estudio en España, publicado en noviembre de 2014 en la prestigiosa ¨Revista de Neurología¨, –Situación de partida y abordaje de la migraña en las consultas de neurología- se concluyó que sólo uno de cada cuatro pacientes recibe la medicación adecuada y que el 45% no está correctamente diagnosticado.
Si estas deficiencias ocurren en España, país que tiene Seguridad Social y una formación académica buenas, imagínense que no ocurrirá aquí. Ellos no logran en un alto porcentaje la medicación adecuada, entendiéndose como tal la medicación adecuada el correcto diagnóstico, que los tratamientos estén ajustados a las necesidades de los episodios de las jaquecas y que sirvan para prevenir o atenuar las crisis migrañosas.