El papiloma humano
El papiloma humano es la infección de transmisión sexual más frecuente en el mundo, ocasionada por el llamado virus VPH que da nombre a la enfermedad.
El papiloma tiene unas 100 variedades, dos tercios de las cuales son inofensivas; lamentablemente el resto se asocia con riesgo de cáncer de bajo o alto riesgo.
Los VPH de bajo riesgo producen verrugas genitales y los de alto riesgo producen cáncer de cuello uterino, vulva, vagina y ano en las mujeres y cáncer de ano y pene en los hombres.
El VPH desarrolla habitualmente verrugas visibles en la zona genital del paciente, si bien en algunos casos no se presentan síntomas. La vía de contagio es la relación sexual completa con un individuo infectado, produciéndose un período de latencia de duración no definida ni fija, lo cual dificulta establecer la data de la infección. No es necesario que el paciente muestre síntomas para que el contagio se produzca.
El síntoma principal de estar afectado por papiloma es la aparición de protuberancias o verrugas de diversos tamaños (grandes o pequeñas) y formas (planas, elevadas, en forma de coliflor etc.) de forma individual o en grupo en la zona genital. También es posible el diagnóstico con una prueba específica de detección del ADN del virus o mediante el examen de Papanicolaou.
El papiloma humano se puede prevenir mediante la vacunación y la toma de precauciones al mantener relaciones sexuales con personas desconocidas o en riesgo de ser portadores del virus. Es importante saber que el preservativo no impide la contaminación viral en las zonas donde no alcance el látex.
En la actualidad no existe un tratamiento que erradique el virus del organismo; sin embargo, es posible actuar contra los síntomas, particularmente contra las verrugas. Si no se tratan adecuadamente, las verrugas permanecerán y es posible que aumenten en tamaño y cantidad.
Por lo que se refiere al cáncer, la periodicidad en la prueba de Papanicolaou permite identificar el problema antes de que aparezca, lo cual permite anticiparse y tratar la enfermedad en sus fases iniciales, mejorando el pronóstico.