Hablan los Expertos

Abuso de estimulantes sexuales en jóvenes

La erección masculina es la respuesta fisiológica automática, generada por la estimulación sexual y la entrada de sangre en las venas vaso-dilatadas del pene. 

Si bien existen medicamentos que favorecen o propician la erección, es necesaria una estimulación sexual previa o simultánea para que se produzcan sus efectos.  

Los medicamentos desarrollados como estimulantes sexuales se utilizan para tratar la disfunción eréctil gracias a su efecto inhibidor de la fosfodiesterasa, actuando mediante la relajación de las venas como favorecedor de la vasodilatación.  

Los principales candidatos a padecer problemas de erección son aquellos que han llegado al climaterio masculino, hipertensos, falcémicos, pacientes con fallo renal, diabéticos y personas con problemas vasculares en el pene. Además, existen también causas psicológicas y derivadas de nervios lesionados durante intervenciones de próstata.   

El uso inadecuado de estimulantes sexuales puede ocasionar efectos secundarios de diversa gravedad en los varones, acentuados en el caso de consumo de alcohol, energizantes y drogas ilegales. Los efectos negativos más comunes del uso de estimulantes sexuales varían desde el cambio en la percepción de los colores a la sensación de mareo, desvanecimiento, cefaleas y aceleración del ritmo cardíaco.  

El priapismo (erección prolongada y dolorosa), infarto, arritmia y accidente cerebrovascular son las consecuencias más graves del abuso de los estimulantes sexuales, que en ocasiones pueden producir la muerte. 

Algunos estudios revelan que uno de cada cinco varones hace uso indebido de los estimulantes sexuales. Las causas esgrimidas son variadas, pero casi siempre tienen que ver con el deseo de mejorar el nivel de desempeño sexual o el miedo a no cumplir las expectativas de la pareja o de ellos mismos. 

En los varones de 20 a 35 años, la mayor parte de la ingestión de estimulantes sexuales se realiza habitualmente sin prescripción médica, ya que no se necesita, lo cual puede producir mayores efectos secundarios.  

La supervisión médica es imprescindible en todo caso, pero mucho más en pacientes que sufran enfermedades del corazón o estén siendo medicados para enfermedades cardiovasculares.  

Por estos motivos, antes de hacer uso de estos medicamentos deben consultar a un médico especialista en el área.

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