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Ejercicio físico durante el embarazo 

Son bien conocidos los efectos beneficiosos que el ejercicio físico tiene sobre la salud en general, aunque no se cuenta con la misma información cuando se refiere a un proceso de tan notable importancia como el embarazo.  

Entre las modificaciones anatómicas y fisiológicas producidas por el embarazo en relación con el ejercicio físico podemos mencionar: 

  • Aparato circulatorio, como consecuencia del aumento en el tamaño del útero. 
  • Cambios hematológicos. El volumen de sangre aumenta un 45% lo que mantendrá el flujo placentario adecuado. 
  • Cambios respiratorios de orden anatómico y funcional; presentando síntomas obstructivos y dificultando los movimientos respiratorios. 
  • Cambios metabólicos, apareciendo algunos depósitos de grasa, en especial en la zona de pecho y nalgas. 
  • Aparato locomotor. Calambres y dolor en las extremidades superiores y la hiperlordosis del embarazo, motivado por crecimiento uterino. 

El ejercicio y el embarazo inducen aumento de la frecuencia respiratoria, cardíaca y temperatura corporal; por lo cual se debe realizar con autorización del obstetra.  

Con un apropiado programa prenatal de ejercicios se facilita el parto, se disminuye el tiempo de trabajo de parto y las intervenciones obstétricas, disminuyen los signos de compromiso cardiaco fetal y se facilita la recuperación de la madre. 

Cuando usted se ejercite, siga estas pautas generales para un programa de ejercicio saludable: 

  • Después del primer trimestre de embarazo, evite hacer cualquier ejercicio en su espalda. 
  • Evite el ejercicio rápido en clima caliente, húmedo o si usted tenga fiebre. 
  • Use ropa cómoda que ayudará que usted permanezca fresca. 
  • Lleve un sostén que encaje bien y le dé mucho soporte para ayudar a proteger los senos. 
  • Beba agua suficiente para ayudar a evitar el calor y la deshidratación. 
  • Asegúrese de que usted consume las calorías extras diarias que necesita durante el embarazo. 

Mientras se ejercite, preste atención a su cuerpo. No se ejercite hasta el punto de que quede exhausta. Sea consciente de las señales de advertencia. Si usted nota cualquiera de estos síntomas, deje de ejercitarse y llame a su doctor: 

  • Sangrando vaginal 
  • Mareo o debilidad 
  • Incremento de falta de respiración 
  • Dolor de pecho 
  • Dolor de cabeza 
  • Debilidad muscular 
  • Dolor o inflamación de pantorrilla 
  • Contracciones uterinas 
  • Movimiento fetal disminuido 
  • Salida de líquido transvaginal 

Caminar es una buena manera de ejercitarse. Los paseos rápidos varias veces por semana la prepararán para el ejercicio más activo.  

Conforme se vaya sintiendo más fuerte, considere un ejercicio más vigoroso. Mantenerse activa y hacer ejercicio beneficia su embarazo. 

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